El Camino del Hombre por Jack Donovan
Extraído de: https://beyondthesouth.wordpress.com/2013/09/10/el-camino-del-hombre/
Caballeros,
dama… Bienvenidos al fin del mundo. Su dinero no vale nada. Sus policías solían
trabajar por dinero, ahora trabajan para ellos mismos. Tienen armas, tienen
habilidades y hacen lo que quieren. Sin la fuerza policial no existe mucho en
el mundo que importe. No hay nadie con quien quejarse y nadie va a venir a
salvarlos.
Ahí
afuera la gente pelea por comida, pelea por recursos y pelea por su vida… y acá
estamos.
Quiero
que echen un vistazo alrededor de esta habitación. ¿A quién acá van a ir a
buscar por protección si sus vidas dependieran de ello? ¿A quién van a mirar
cuando la gente ahí afuera empiece a golpear las ventanas? ¿Quién quieren que
pelee por ustedes? Si pensás que sos ese tipo (y quizás lo seas), ¿a quién
elegirías para que te ayude? ¿A quién querés en tu equipo? ¿Quién querés que se
aparte? ¿Quién acá va a cuestionar tu autoridad?
No
se preocupen por pensar algo inteligente, no voy a señalar a nadie. Sólo piensen
acerca de eso y sean honestos con ustedes mismos. Es relevante para el tema que
tenemos entre manos.
Esta
noche estoy acá para hablar del camino del hombre… el camino del hombre es
acerca de dos preguntas:
La
primera pregunta es ¿qué es la masculinidad? Cuando le pedimos a un hombre que
“sea un hombre”, ¿a qué nos referimos? Si ser un hombre no es una cosa sino una
manera de ser, ¿cuál es esa manera?
La
segunda pregunta es ¿a dónde van los hombres?
Empecemos
con la primera pregunta: ¿qué es la masculinidad?
Cualquiera
de los que estamos acá tenemos una intuición de lo que es la masculinidad. Lo
sabemos cuando lo vemos. Lo experimentamos, reaccionamos a nivel primario.
Cuando
les pedís a los hombres que la definan hay un montón de confusión. Te dan ejemplos
de hombres que son varoniles. Te dicen lo que estos hombres hacen, cómo actúan,
cómo se ven… Cuando les pedís a los hombres que definan la masculinidad,
también te van a decir lo que los hombres “deberían” hacer. Y de cierta manera
la masculinidad es muy parecida al amor, cuando la gente trata de definirlo lo
idealizan. Cuando la gente te habla del amor te dan la versión de Hollywood,
por siempre felices, la versión de los corazones acaramelados del día de San
Valentín. Generalmente no hablan de la versión de la música country del amor.
Pero pienso que la mayoría de nosotros tenemos más experiencia con la versión
de la música country que con la de Hollywood.
Estoy
interesado en entender la verdadera masculinidad. No lo que la gente piensa que
debería ser. No la versión linda de Hollywood, sino lo que realmente es.
Existe
una diferencia entre cómo los hombres se comportan y cómo la gente quiere que
se comporten. Hay una diferencia entre lo que los hombres son, y lo que la
gente quiere que sean.
Encontré
que cuando les pedís a los hombres que definan la masculinidad, estás dando
respuestas a dos preguntas diferentes, lo cual es más confuso. Cuando les pedís
a los hombres que definan la masculinidad te van a decir cómo ser “bueno en ser
un hombre” y también te van a decir cómo ser “un hombre bueno”.
Cada
cultura, en cada época y cada grupo de hombres, boy-scouts, pandillas
carcelarias, mafias… cada grupo de hombres va a tener una idea de cómo el
hombre ideal de ese grupo se tiene que comportar, es por eso que tenemos tantas
ideas diferentes al respecto.
Cada
grupo pide cosas diferentes a sus hombres dependiendo de sus necesidades. Si
quieren saber cómo cada cultura piensa que sus hombres deben comportarse,
estudien religión, filosofía, moral, ética. El problema es que ser un buen
hombre y ser masculino no siempre es lo mismo. ¿No son masculinos los hombres
malos? ¿No son masculinos los hombres que nos siguen tus reglas? ¿No son
masculinos tus enemigos? ¿La masculinidad tiene sus propias reglas?
Me
podés convencer de que un tipo bonachón que paga sus impuestos, corta el
césped, lava los platos, va a la iglesia y compra regalos para su esposa es tan
masculino como cualquier tipo en prisión.
Cada
pirata, cada bárbaro, cada terrorista, cada matón, ninguno está haciendo lo que
nuestra sociedad quiere que haga ya que eso no es exactamente lo que la
masculinidad es. Hay un tipo de masculinidad que no tiene nada que ver con ser
una buena persona.
Estoy
interesado en una masculinidad extendida que trascienda la cultura. Debajo de
la versión de Hollywood de la masculinidad, debajo de todas las diferentes
ideas acerca de ser un hombre bueno, los hombres alrededor del mundo, a través
del tiempo, comparten un entendimiento acerca de qué hace que un hombre sea “bueno
en ser un hombre”.
Hay
un camino de los hombres. La forma en que los hombres se evalúan entre sí no
tiene casi nada que ver con ser una buena persona. ¿Qué es? ¿De dónde viene?
¿Por qué nos importa?
Bueno,
vivimos en una época extraña para protegernos a nosotros mismos y protegernos
de otros. Si alguien ahí afuera trata de lastimarte y tomar tus cosas, pensás
que alguien más lo va a parar, lo va a atrapar y lo va a castigar. Para la
mayor parte de nosotros ese es el trabajo de alguien más, pero durante la mayor
parte de la historia humana ese era tú trabajo, era el trabajo de todos los
hombres…
Hay
una diferencia entre ser un hombre bueno y ser bueno en ser un hombre. Ser
bueno en ser un hombre, es ser bueno en el primer trabajo del hombre, porque
antes que todo lo demás tenemos que estar vivos. Antes de que podamos hacer
arte y música y cultivar y enamorarnos, tenemos que sobrevivir. Tenemos que
estar a salvo de lo que está ahí afuera. Necesitamos a alguien que trace un
círculo, tenemos que trazar una línea entre nosotros y lo que está ahí afuera.
Tenemos que defender ese perímetro.
Todo
lo que es específico acerca de ser bueno en ser un hombre, es acerca de estar
dispuesto y capacitado para defender ese perímetro.
La
masculinidad no es acerca del bien o del mal. Es acerca de hacer el primer
trabajo del hombre, el primer trabajo para el cual los hombres están más
capacitados. Es acerca de estar dispuesto y ser capaz de pelear por tu gente
quienes quieran que sean. Es acerca de “nosotros” y “ellos”. Es acerca de lo
que los hombres necesitan de cada uno y lo que requiere salvarnos a “nosotros”
de “ellos”.
Hace
dos minutos les pedí que vieran alrededor de la habitación y decidieran a quién
iban a buscar para que les salvara el culo en caso de que el barco comenzara a
hundirse. Ese probablemente sea el hombre que identifiquen como el más
masculino de esta habitación. Es
probablemente el que se ve más grande, más fuerte, el que se ve más
duro… el tipo con el que querrías coger.
Como
en tantas cosas, podrían equivocarse. Los tipos que parecen más masculinos
podrían en realidad ser unos maricones. Los tipos menos masculinos en esta
habitación podrían ser en realidad ninjas. Pero empezamos con lo que vemos,
porque tenemos que empezar por algún lado. Es por eso que los hombres usan
tanto tiempo tratando de parecer “hombres”. Quién es el más grande, el más
fuerte, quién es el más despiadado, quién hace que los demás se caguen.
Cuando
los hombres se evalúan entre sí como hombres, están haciendo consideraciones
tácticas. Están eligiendo enemigos y equipos. La masculinidad no es sobre con
cuántas mujeres tuviste sexo y no es sobre el tipo de auto que conducís, o si
usás pantalones o un caftán.
Al
nivel más básico y primario, la masculinidad es acerca de cómo los demás hombres
piensan que te vas a desempeñar bajo estrés, cuando estás bajo ataque y cuando
te empujan.
La
masculinidad no es acerca de mujeres o de dios. La masculinidad es acerca de lo
que los hombres necesitan de cada uno en momentos de crisis.
Entonces,
si la masculinidad es sobre hombres evaluándose entre ellos, ¿cuál es el
criterio? Bueno, ¿qué querés del hombre que te va a salvar el culo?
Si
es sobre comer mañana y enfrentar riesgos hoy, ¿a quién vas a llevar a cazar?
Cuando tu vida depende de ello, necesitás a hombres que sean lo más fuertes que
puedan. No querés que los hombres de tu pandilla sean atropellados pero
necesitás que sean valientes cuando eso importa. Un hombre que corre cuando un
grupo necesita que pelee pone a todas sus vidas en peligro. Querés hombres
competentes que puedan hacer el trabajo. No querés estar rodeado de tarados y
torpes.
También
necesitás que tus hombres se comprometan, necesitás saber que los hombres a tu
lado son “nosotros” y no “ellos”.
Necesitás
contar con ellos en momentos de crisis. Querés tipos que cuiden tu espalda.
Hombres que no se preocupan por lo que otros piensan de ellos no son
confiables. Piensen en eso… Si sos inteligente querés que los otros hombres
prueben que están comprometidos con el equipo. Querés que muestren que se
preocupan por su reputación dentro del grupo. Querés que se preocupen por la
reputación de tu pandilla frente a otras pandillas. No querés que parezcan
vulnerables.
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