Pastores vs. Licántropos: la Manifestación Masculina en el Mundo Moderno por Velkan Corvinus

 

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Por Velkan Corvinus

Dentro de los muros del Imperio, se da un fenómeno que es la de los “Falsos Bandos”, que pueden aparecer como un grupo dominante, contra un grupo disidente; esto se presenta mayormente en el campo político-ideológico: nacionalistas vs. antifas, feministas vs. antifeministas (pro-vida), derecha vs. izquierda, etc.

 

Todos sabemos realmente, que dentro del Imperio, no existen bandos en disputa, al final, todos son lo mismo, y sirven para los intereses y designios del Imperio (políticos, partidos, empresarios, banqueros, etc.). Pero aún así, hay mucha gente que piensa, que sus caminos (y sus ídolos mediáticos), son la verdadera “Resistencia”, la verdadera disidencia, “Los Verdaderos Revolucionarios”.

 

En el mundo de habla hispana (desconozco si en otras latitudes del mundo, conozcan a este personaje), hay un personaje de redes sociales, que ha hecho eco en la mente de muchos hombres: El Temach.

 

Ya hemos visto en mucho tiempo, en redes, en libros, y en conferencias o videos, hombres o “Mentores”, que surgen como “Paladines de la Masculinidad”; los verdaderos hombres que te enseñaran el antiguo camino de ser un hombre, y como conquistar tu mundo.

 

La Masculinidad, es un tema que a sido de vital importancia para los hombres, desde tiempos antiguos; pues tu masculinidad, era la diferencia en sí tu pueblo sobrevivía (o tú) o moría, y otro pueblo te derrotaba (en términos rápidos, muy simplificados). El Mundo Moderno, y el Imperio, se a encargado de destruir ese fuego espiritual de los hombres, para hacerlos más dóciles, mejores esclavos, eliminar el temor de las clases dominantes; contribuyendo a una castración sistemática de los hombres, aunado, a una destrucción de la Tradición (tanto cultural como religiosa), dejando a los hombres sin un propósito, o sin una identidad propia, que no sea la que te vende el consumismo, o las ideologías dominantes (que para nada será para tu beneficio).

 

Es de esta carencia, por la cual, estos sujetos surgen, como faros de luz y esperanza, y adquieren tanta fama y atención por parte de los hombres (en especial los más jóvenes).

 

El Temach, es un personaje que, a diferencia de los otros, a logrado un nivel de popularidad, que los otros no han logrado (al menos en habla hispana). Y en redes, o en la vida diaria, vez que ya es muy común, o muy probable, que conozcas a alguien que sea seguidor suyo, o que lleve su cadenita, o que escuche sus videos mientras está en el gimnasio; su huella, es muy fuerte (y lo será más adelante), en la cultura masculina dentro del Imperio.

 

Si me preguntan, en mi opinión, su influencia y él mismo, me es irrelevante, y debería serlo para todos.

 

Desde mi punto de vista, es algo mediático, al nivel de Karely Ruiz, en cuestión de influencia o alcance. No estoy a favor de él, pero tampoco en contra, ya que puede decir cosas que son muy acertadas, pero no por que EL lo haya descubierto, simplemente con reflexión profunda en tal o cual tema, puedes llegar al resultado y a la misma respuesta que él. El problema es que ya nadie quiere pensar por si mismo, es por eso que su “sabiduría”, la catalogan como mesiánica.

 

Él, a diferencia de los otros, se me hace que es de los menos “tóxicos” que hay en la industria (si industria se le puede llamar al coaching de masculinidad), pues impulsa a los hombres (bien o mal) a que salgan de su zona de confort de pereza, al mundo, al gimnasio, y demás cosas. El punto que no me agrada, y es el mismo punto malo que tienen los demás; no es solo la monetización, o la capitalización de su movimiento, sino que, aunque el Temach (o quien sea) puede que tenga deseo genuino (imaginemos) en el despertar del hombre, los orígenes de su movimiento siempre es el mismo: Seducción y Mujeres.

 

Todo movimiento de este tipo, que ahora se vende como forjador de hombres, autoconocimiento, desarrollo personal, en sus orígenes, fue una escuelita de seducción para aprender a ligar o atraer mujeres.

 

El problema con estos movimientos, o empresas (más adelante explicaré por qué el término), es que, usan las necesidades del posible consumidor (el hombre), desarrollan el producto (como ligar), y lo empiezan a vender, como panacea de sus aflicciones.

 

El mundo masculino dentro del Imperio, por la castración psico-espiritual de éste. Se maneja más por deseos simples o básicos, mangoneados o manipulados por estímulos externos, en este caso, el poder relacionarse con mujeres, y todo lo que conlleva. Dado que la mujer, es una fiel súbdita del Imperio, el hombre, no le queda más que seguir todas las directrices culturales que dicta el Imperio (aunque sea para perjuicio suyo).

 

Al igual que un antro, el Imperio sabe, que si en su seno, tiene a las mujeres haciendo uso de manipulación de los deseos biológicos masculinos, los hombres querrán entrar. Pornografía, Instagram, Onlyfans, Tiktok, el vestir y actuar de las mujeres jóvenes en la sociedad; genera en este hombre, castrado por el Imperio, un deseo y un anhelo, que hace que el seducir, el tener una mujer, el ser atractivo para el género femenino, sea su eje, su piedra angular, su propósito; y, por ende, en otra interpretación, que el ser seductor o atractivo, sea igual, a ser un hombre de verdad.

 

El problema con el Temach, y los otros, es que no han resuelto, ni resolverán, ni siquiera se han percatado, el problema de origen real de la masculinidad en estos tiempos. Pocos son los hombres que he visto y leído, que realmente saben, conocen, y han visto, cuál es el origen del problema, y ninguno de ellos, jamás han tocado el tema del atractivo, la seducción, las mujeres, y esas cosas.

 

Paul Waggener, Yukio Mishima, Jack Donovan, Juan Pablo Vitali, Leonardo Albiero de los Dire Dogs, entre otros, son los únicos que he visto, que realmente conocen lo que el hombre realmente necesita; y curiosamente, los hombres que llegan a éstos, son pocos (a comparación de los otros) y jamás llegaron a ellos, con deseos de aprender como ligar o relacionarse con mujeres.

 

Paul Waggner, que, para tomar una comparativa; su obra, su trabajo, sus escritos, están enfocados a la comunidad masculina (como el Temach), también aboga por una cultura del ejercicio físico (como el Temach), por una autorrealización personal (igual que el Temach), ¿Cuál sería la diferencia que hay entre estos dos?: el enfoque, el espíritu y el ORIGEN.

 

Además de la estética que hay entre el Temach y Waggener, hay muchas diferencias abismales entre los Compas de Hierro y Operation Werewolf.

 

Paul Waggener, en su escrito, “Werewolf Manifesto”, en tan solo 62 páginas, hace un gran trabajo en simplificar y dar un eje de comienzo para cualquier hombre, deseoso de salir de la influencia del Imperio. El Manifiesto, aborda de manera fría, sólida, y directa, cuales son los problemas, y las soluciones a esos problemas, y como afrontarlos adecuadamente. Mientras que el Modo Guerra, simplemente, es un speech motivacional; sin una guía muy clara, o sin un propósito muy claro, más que un discurso motivacional de zumba o fitness para señoras.

 

Si se observa bien, incluso los seguidores de Waggener, con los de Temach, presentan diferencias abismales. El origen de los seguidores de Operation Werewolf, para seguir a Waggener y su movimiento, fue el deseo de libertad, su profundo rechazo al Imperio, y volver a reencontrarse consigo mismos; fue un deseo surgido de la anarquía espiritual, en contra de la sociedad. Mientras tanto, el origen de los seguidores del Modo Guerra, para seguir a Temach y su empresa, fue el deseo de poder tener sexo, de tener novia, de seducir, de “¿Cómo le hago para que fulanita que haga caso?”.

 

El objetivo del Modo Guerra, o la ideología del Temach (y similares), desde donde yo lo veo, es generar paladines para el Imperio. Es volver al hombre chingón y exitoso “para la sociedad”, “para el Imperio” (y así poder tener las mujeres que quiera DEL IMPERIO); no busca destruir el sistema, busca mejorar dentro de él, ser parte de él, y ser privilegiado dentro de él.

 

Hay dos tipos de sociedades, pueblos, naciones, o personas en este mundo moderno: los súbditos, que están dentro del Imperio, y que se someten a él, de una forma u otra; y los trascerqueños, que están Detrás del Cerco del Imperio.

 

Para que se entienda todo lo anterior dicho, daré contexto de que significa el Imperio o Tras el Cerco.

 

El Imperio, viene de una idea de Jack Donovan, la cual, se refiere al Mundo Moderno en general. El Mundo Moderno, al estar globalizado; y las redes sociales, con su propaganda burguesa, capitalista, progresista, siendo la misma; hace que el Mundo, sea prácticamente lo mismo, igual de jodido. El Imperio es la sociedad actual y sus leyes, que las puedes ver en todos lados, tanto en redes, como en la vida diaria; como te debes comportar, que debes pensar, a quién debes odiar, a quién debes apoyar, todo esto, a favor del Imperio y sus dirigentes, la Élite.

 

El Cerco, en épocas antiguas, era la frontera entre la sociedad civilizada, y el bosque, la naturaleza, lo salvaje; por lo tanto, los hombres y pueblos que vivían tras el cerco, o detrás del cerco, eran bárbaros, salvajes, ya que no seguían los valores de la civilización, sus costumbres eran raras, eran non gratos en la sociedad.

 

Trascerqueño, sería otra forma de decir pechenego, el cual, es un término que utilice, con un mismo significado, ya que los pechenegos eran un pueblo, pariente de los mongoles, que invadieron Europa oriental, a las afueras del Imperio Bizantino. Pechenego venía del nombre de una localidad la cuál estaba a las afueras del Imperio Bizantino, el cual, se llamaba Bechenek; por lo tanto, pechenego era “alguien bárbaro a las afueras del imperio”, dentro de mi interpretación del término.

 

Grupos trascerqueños hay varios: las divisiones alrededor del mundo de Operetion Werewolf; los Dire Dogs en tierras lombardas al norte de Italia; los Maned Wolves al sur, en Argentina; los seguidores de la Santa Muerte; los grupos de cohorte como Hammer and Vajra, Arya Akasha o Svarte Aske; o figuras únicas que influyeron en el actuar de muchos nuevos grupos o asociaciones de hombres como Pentti Linkola, Theodore Kaczynski, Yukio Mishima, Juan Pablo Vitali, Guillaume Faye, entre muchos otros; y entre otras tribus de hombres y grupos tradicionalistas culturales o religiosos, que, aunque no siempre puedan haber similitudes o igualdades entre éstos, comparten una misma naturaleza: no ser gratos para el Imperio.

 

Los trascerqueños somos pocos, a comparación de los súbditos, ya que llevamos un camino más difícil; ya que muchos, aunque somos de Tras el Cerco, vivimos nuestro día a día, dentro de los límites del Imperio, imbuidos de su propaganda, y sus influencias. Nuestra fortaleza, es nuestro radicalismo y fanatismo en los que somos, nuestras costumbres, tradiciones, nuestras leyes tribales y nuestros pensamientos. Somo pocos, a comparación de los temacheros, pero, tal vez eso sea bueno, un filtro natural. Bien dicen esos cuentos antiguos, o esas iniciaciones mistéricas, que el que tenga la pregunta correcta, y el anhelo correcto en su corazón, logrará tener acceso.

 

Los trascerqueños vemos a los movimientos temacheros como lo que son, una empresa: tienen su marketing, estrategias de mercadeo, productos especializados a un público y cliente en específico, explotando sus carencias e inseguridades; tienen sus comerciales, que de hecho, esto último es lo que a inculcado en uno de sus comentarios, “sé un buen comercial para ser reconocido”, porque, vivimos en la era del comercial, de la imagen; de nuevo, ELLOS, no buscan destruir, luchar, o resistir en contra del Imperio, buscan ser grandes en ÉL y con ÉL.

 

No debemos prestarles tanta importancia, más que una moda pasajera, y si sus números aumentan, mejor, así sabemos quienes son de los nuestros, y quienes son ellos al final. Ellos se quedarán dentro del Imperio, jamás cruzarían el Cerco, si lo hicieran, sus cráneos estarían adornando la frontera entre nuestros mundos, como un recordatorio de lo que pasará, si quieren invadir nuestra tierra. Y como dijo el gran Waggener, nuestra respuesta hacia ellos debe ser una clara y simple:

 

FUCK THEIR WORLD