De Soldado a Influencer por Velkan Corvinus


Por Velkan Corvinus
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Desde el inicio, lo que uno ganaba era con esfuerzo, esfuerzo real a través del sudor o de la sangre, en donde uno tenía que luchar para poder sobrevivir o traer recursos a tu comunidad, o en donde uno tenía que sudar y cansarse tan mortalmente para traer el pan a la mesa y era así como un hombre se hacía hombre (o incluso una mujer), ahora solamente necesitas tomarte fotos con marcas o estar bueno/a, modelar, viajar, hacer videos en youtube y ya.

 

Es una contradicción grande, en la esencia espiritual podríamos llamar así, en donde se supone que el que debería ganar más es el que se esfuerza y sacrifica más, pero no es así. Veo como un soldado arriesga su vida peleando ya sea con enemigos fuera o dentro del país manteniendo un estado a salvo mientras él tiene que estar muchos días sucio, comiendo cosas no buenas (o del agrado de él), no durmiendo bien, moviéndose físicamente de una manera en que a alguien normal se le romperían los huesos o se rasgarían los músculos y veo que un princeso influencer, con unas fotos, gana más en un día que el soldado en todo el mes.

 

Veo como las enfermeras en las salas de urgencias están día y noche moviéndose, sin casi descanso, sin dormir bien, sin comer bien, todo para estar atentas hacía con los enfermos y ayudarlos, y veo que una princesa influencer modelo Instagram de 20 años viaja más, se divierte más, la ves todos los días en diferentes playas del país, en otros países, en fiestas en antros “exclusivos” (quien diría que para entrar a la mierda necesitas un cierto estatus), solamente publicitando marcas en sus redes con fotos sensualonas, o con una sesión de fotos para marketing un rato, para luego disfrutar de la vida, porque como dicen esos exitosos, “El dinero se recupera el tiempo no” o “No eres un árbol, viaja por el mundo” o un clásico “Si no tienes dinero es que tienes mentalidad de pobre, se un alfa y forja acero”.

 

Los youtubers, los influencers, los modelos de Instagram, son los que ganan más que el soldado, que el obrero, que la enfermera de urgencias, que el maestro de escuela, ellos son los “dignos” de la felicidad económica en este tiempo. Ese afán de alabar a esos Dionisios, que realmente no se esfuerzan más que en estirar la mano y jugar a que hacen algo, para que después gocen burguesamente mientras que denigran al Ares que lucha, suda, sangra y se esfuerza realmente para mantenerse él y su familia, o él y su comunidad, patético.

 

Todos quieren ser como esos youtubers que cada día visitan un país diferente, pues son de dinero, pero el dinero no lo ganan con esfuerzo ni con sudor, menos con sangre, lo ganan con “popularidad”, por promocionar una marca a sus millones de seguidores ya con eso ganan, nadie quiere ser la enfermera que va de país en país en la cruz roja curando heridos de guerra, o atendiendo enfermos, claro que no, porque ahí no hay diversión.

 

Todos quieren ser el modelo de instagram, pues es el deseado, el guapo, el que se la pasa de fiesta en fiesta, de gym en gym, playa en playa, pues se lo ha ganado por esforzarse EN NADA, sólo con su carita, patrocinadores, “emprendedores” y listo, se merece una vida de lujo sin esfuerzo, mientras el niño campesino se levanta desde las 4 de la mañana para arar la tierra dura bajo el sol abrazador y con lo cosechado que llegue un poco de comida a la casa.

 

¿Quién es el digno de tan siquiera un día (mínimo) de vida de “influencer”? ¿los que tienen todo sin hacer realmente nada, o los que hacen todo y tienen muy poco?

 

¿Quién es realmente fuerte, mejor persona y digno de admirar? ¿el soldado, la enfermera, el obrero, el campesino, el trabajador o los burguesitos modelos, influencers, coaches, youtubers o emprendedores?

 

Antes el líder era quién se lo ganaba con sudor y sangre, ahora es el que sabe de negocios, es coach y es un “Alfa Boss” de la vida. Antes las grandes recompensas eran para el que se lo ganara, no para el que no hacía nada. Ahora los dignos son los débiles y los indignos los fuertes, ahora el honorable es el emprendedor que viaja por todos lados y el indeseable es el obrero que encara su día a día para sobrevivir con orgullo y trabajo.

 

Tal vez para ellos puedo ser considerado un “Beta resentido y celoso”, me vale mierda, pero al final podré ver a los ojos de los dioses y saber que yo si me he ganado su respeto viendo el sudor y la sangre como la recompensa y no el dinero ni la fama.

 

 

 

Preferimos a los pobres, porque en un sistema de mierda, lo lógico es que los exitosos compartan esa misma naturaleza de mierda.

 

-Juan Pablo Vitali


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