Entre el Bárbaro y el Hombre Moderno por Shamanic Forest Biker
Traducción por Lobo de Tercio
(El Título del escrito no es el original, es un título creado por CICUGA para dar a entender por donde va el tema del escrito.)
En 1932 Robert E.
Howard creó uno de los personajes más duraderos de todos los tiempos: Conan el
Bárbaro. Conan fue descrito como alguien en quien la capa de civilización era
muy delgada. La idea era de que en el fondo, Conan, y en menor medida todos los
hombres, estabamos más cerca de las bestias de lo que aparentabamos. El mundo
civilizado en el que vivimos aparenta haber estado con nosotros por siempre y
que hemos cambiado por eso. De hecho, por aproximadamente 3,000,000 de años los
humanos, en una u otra forma, han vivido sobre la tierra, la mayor parte de ese
tiempo el grueso de la humanidad vivió bajo la condición de cavernarios. Ha
sido solamente durante los últimos 2,000 años que la mayoría de la población ha
vivido en ciudades bajo condiciones civilizadas.
Si bien había grandes ciudades antes de eso, la mayoría de la gente vivía en tierras muy alejadas a ellas. Todos los cambios en la humanidad que asociamos a la civilización, como crecer más altos, más fuertes, vivir más, son una respuesta a la mejora de las condiciones de vida y alimento. No son cambios evolutivos. La evolución es una poderosa fuerza que maneja los cambios de una forma de vida, pero trabaja muy lento. El resultado es, que mientras es cierto que la vida civilizada está teniendo un efecto evolutivo en la humanidad, solamente ha sido por esfuerzo de dos mil años. La mayoría de los esfuerzos evolutivos que nos hacen ser quienes somos todavía están determinados por nuestro pasado primitivo. No hemos evolucionado para ser una civilización, solo estamos actuando como si lo hubiéramos hecho. El comportamiento civilizado es sólo una capa que es tan delgada y nueva como para convertirse en un rasgo genético. Creo que muchos de los comportamientos que mostramos aún están dictados por los instintos primitivos de nuestros ancestros antiguos. ¿Y cuáles son esos instintos básicos?
1. El deseo del hombre
de acumular riqueza material. (Los hombres con un fuerte deseo de hacer eso
tienen más comida y ropa para ayudarse a sobrepasar tiempos difíciles. La mayoría
de esos hombres vivieron más y tuvieron más hijos, así que este deseo está
fuertemente adherido a nuestra genética.)
2. El deseo del hombre
de poder sobre otros hombres. (La mayoría de los hombres que desearon esto
terminaron acumulando poder sobre otros hombres. Debido a que tenían más
personas entre ellos y las amenazas primitivas a sus vidas disminuían, viviendo más
tiempo. Tuvieron más hijos y pasaron esta programación a su progenie.)
3. El deseo del hombre de procrear con el mayor número de mujeres jóvenes y atractivas posibles. (Aquellos con los impulsos de procreación más fuertes produjeron más hijos que aquellos que no, por lo que esto nuevamente se incorporó a nuestro modelo genético. El énfasis en la juventud y el atractivo de la mujer es puramente práctico. Las mujeres jóvenes tienen más probabilidades de sobrevivir el alumbramiento que las mujeres mayores. Las atractivas, que se caracterizan por facciones simétricas y piel clara, fueron menos proclives a deformidades y enfermedades que redujeran sus probabilidades de sobrevivir los alumbramientos. También tuvieron una mayor tendencia a producir niños que fueron más sanos.)
A esos instintos básicos necesitamos añadir una característica particular de la psique humana: la sustitución. Si un hombre quiere algo que no puede tener, pero puede sustituirlo por algo más, puede engañar a su subconsciente para que crea que se ha satisfecho su instinto primario. Vamos a ver cómo funciona.
Ejemplo 1: Los hombres
y las camionetas.
A la gran mayoría de
hombres les gusta manejar vehículos grandes y poderosos. En un nivel primario
este deseo se origina en la necesidad de los hombres de poder sobre otros
hombres. Realmente adquirir poder sobre otros es muy difícil. Un hombre tiene
que saber más que otros, o ser más fuerte o más agresivo para poder llevar su
camino a la jerarquía que le permita eso, siendo un
proceso largo, lento y desafiante. Por otra parte, cualquier hombre puede comprar
una camioneta grande con un poderoso motor. Cuando se sube y pisa el acelerador
puede sentir el poder del motor y a nivel subconsciente esto sirve como sustitución
al poder sobre otros que él desea. El ser no ha cambiado. El ser no tiene
poder. Pero la camioneta lo tiene y él se identifica con ella y se siente imbuido
de su poder.
Ejemplo 2: Música
fuerte.
Todos hemos
experimentado la molestia de alguien que arruina el vecindario con musica con
alto volumen. Para el hombre que escucha la música el poder vibracional de la música
lo llena de una sensación de poder. El no es poderoso, pero la música alta
lo hace sentir como que lo es. Adicionalmente, el sabe que está forzando a
todos a escuchar su música por lo que adquiere la sensación de que impone su
voluntad sobre otros. De nuevo, el no es más poderoso que nadie en la cuadra,
pero la música lo hace sentir como si lo fuera. Es como el caballero medieval
que tiene la espada más grande. El puede que no sea el más fuerte de los
caballeros pero la espada lo hace sentir como si fuera así.
Ejemplo 3: Hombres
usando pantalones debajo de las nalgas.
Enseñar el culo a alguien, es una señal universal de desprecio. La manía moderna del hombre de usar sus pantalones debajo de las nalgas mostrar su ropa interior es una versión porno-suave de enseñar el culo para mostrar su desprecio al mundo, o al menos a aquellos que vean a distancia. Mostrar desprecio a alguien implica que eres mejor que ellos. Realmente probar que un hombre es mejor que otro es difícil, a veces peligroso y conlleva el riesgo que suceda lo contrario. Pero cualquier tipo que baje sus pantalones puede engañar a su subconsciente a pensar que lo ha logrado. Un hombre puede ser el más grande perdedor del pueblo, pero aflojando su cinturón y bajando sus pantalones fácilmente se crea la ilusión de que ha establecido su superioridad sobre aquellos a los que se topa.
Tengo dos
comentarios adicionales pertinentes a ésta particular actividad masculina.
Primero, mientras que he visto a cientos de jóvenes y algunos adultos hacer
esto, nunca he visto a ninguna mujer hacer esto. Esto sugiere que hay diferencias
fundamentales en los instintos primarios de los hombres y las mujeres. En
segundo lugar, la constricción de la parte superior de las piernas por la
cintura de los pantalones casi siempre forza a los hombres que usan así sus
pantalones a anadear como una mujer embarazada. No hay nada malo con una mujer embarazada
anadeando, porque es forzado en ellas por un cambio en su centro de gravedad.
Es una puerta natural que incrementa la estabilidad y es deseable desde un
punto de vista mecánico. Pero por otro lado en los hombres sanos crea una
evidente contradicción. Usar sus pantalones abajo para probar que es hombre, pero
haciendo eso se forza así mismo a adoptar una puerta que da la impresión contraria.
Ejemplo 4: Fanatismo
deportivo.
Muy pocos hombres
sobresalen lo suficiente en los deportes para satisfacer su impulso
competitivo, lo cual crea una necesidad de probar que son superiores y por
supuesto que tienen poder sobre otros hombres. Pueden engañar al subconsciente
a que crea que lo son identificándose con algún deportista o equipo en
particular, convirtiéndose en un fanático. Cuando su héroe o equipo favorito gana
lo siente como propio. Sienten que tienen poder sobre el otro equipo.
Ejemplo 5: El
graffiti.
Si un hombre intentara
satisfacer su deseo de probar que tiene poder sobre otros hombres gritándoles
en sus caras, no llegaría muy lejos antes de que alguien lo callara con un puñetazo
en la cara. Los más débiles y cobardes pueden rociar o rayar la superficie que
quieran, abierta al público y darse así mismos la satisfacción sin tomar ese
riesgo.
Ejemplo 6: Maldecir en
público.
No puedo contar el número
de veces que he escuchado hombres maldecir en público lo suficientemente fuerte
para ser escuchados incluso por niños. Saben que están ofendiendo y también que
pocas personas se los harán saber. Están imponiendo su voluntad a otros, no
demostrando que realmente tienen poder sobre ellos en el sentido de que pueden
obligarlos a protegerlos., sino siendo molestos a ellos. De nuevo, la sustitución
permite que este comportamiento sea malinterpretado por el subconsciente.
Ejemplo 7: Playeras
obscenas.
Lo mismo que el sexto
ejemplo.
Con los ejemplos
anteriores como guías, es fácil identificar porque tantos hombres se comportan
como lo hacen. Me he concentrado en el deseo de los hombres de obtener poder
sobre otros porque es el más ilustrativo al principio de sustitución. El deseo
de riqueza material originalmente fue concerniente a la comida, el vestido y el
hogar. La sustitución juega un importante papel en la satisfacción del deseo de
los hombres por las mujeres jóvenes y atractivas.
Pocos hombres pueden lograr esto, pero el deseo está ahí, incluso si está enterrado en el subconsciente. La proliferación de las revistas masculinas y la pornografía son los sustitutos primarios de éste impulso primigenio. He puesto mi atención en los comportamientos masculinos, porque siendo hombre, soy capaz de identificarlos. Tengo certeza de que impulsos primitivos similares afectan a las mujeres en la misma medida, pero expresados de diferente manera.
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