Para los Hombres por Kossaken Palien

 


Por Kossaken Palien


 Para los hombres.
Seres de inmesurable fuerza y voluntades inquebrantables, vivientes que sangraban y parecían ser inmortales e indiferentes ante su dolor, cargando no sólo con el peso de sus armas, pero también con el de sus victorias.


Un rostro que demostraba furia e ira. Sin piedad contra sus enemigos se lanzaban ante el combate y no perdonaban la falta de moral que ellos tendrían contra él si estuvieran en el otro lado, en el de los vencedores.


Un hombre no sólo carga con el peso de sus victorias, pero el de sus derrotas, y detrás de cada hombre siempre habrá más dolor, sacrificio y esfuerzo que beneficios o pretenciones. Detrás de cada rostro manchado en sangre y con muecas negativas, siempre habrá una responsabilidad y un deber. ¿Por qué crees que los verdaderos hombres sienten ira, odio, coraje y repudio? Porque saben lo que han perdido. Porque sufren día con día.


Eso es lo que el Imperio de la Nada ha querido escondernos, todo lo doloroso y vergonzoso que un verdadero hombre debe cargar para no volver a cometer sus mismos errores, de aquello que más destruye su orgullo, ¿pero sabes algo? allí es donde se empieza, voltéandose a ver a uno mismo y reconocer sus carencias.

Riqueza, fuerza, mujeres, posiciones de poder.
Los hombres actuales y los antiguos comparten lo mismo, entonces, ¿cuál es la diferencia? Fácil, que el dolor te hace digno.


Verás. Pocos son aquellos seres que se dan cuenta que no son animales, que se enteran que su espíritu les permite afrontar las dificultades y son capaces de someterse por voluntad propia al sufrimiento y obtener algo por esa valentía. Mirar directamente al abismo y tomar el enorme riesgo de perderlo todo, o ganar muy poco pero valioso y decidir tomar el destino con tus propias manos y domarlo.
La empatía entre los individuos sucede de manera similar.


La gente que ha pasado por similares situaciones de estrés y han sabido sobresalir de ellas, pueden mirarse fíjamente y reconocer a un igual, porque sólo los débiles terminan siendo destruidos por tormentas en vasos de agua, y los verdaderos dioses son capaces de conquistar tempestades. La supervivencia requiere sacrificios.


Entonces ahora nos damos cuenta que el dolor dignifica y perfecciona el alma, ¿cierto? Se necesita la voluntad necesaria para dejar ir algo bueno, o algo que te hace sentir bien para en ese instante sentirse incómodo, y posteriormente obtener algo mejor. Lo pierdes todo para afrontar a la bestia y sales siendo un ganador, pero no ganas nada.


Los hombres actuales no son dignos, son sólo la faceta que le han dado al mundo teniendo las recompensas que los antiguos tendrían, pero una vez lo pierden, no serían capaces de levantarse.
El antiguo resurgería de sus cenizas. Su alma se levantaría una vez más y recordaría quién alguna vez fue. Recapitularía cada instante de su vida donde sufrió y allí, sin rechistar dos veces, sabría a quién atacar.


Detrás de cada verdadero hombre, hay más derrotas, cicatrices y dolor que victorias. Las victorias son sacrificables, porque no es el objetivo final del hombre, son sólo pruebas que el destino le coloca para ver si es capaz de aún más, de trascenderse.

Hombres. Este mundo necesita seres que afronten el dolor sin miedo y lo aplasten. Que sepan que el dolor sólo existe en el instante y no en la existencia y que por ende, su espíritu sea capaz de pisotearlo. > Kossaken Palien: El sufrimiento es parte de la experiencia de la vida, viene incluído a ella, aunque el Imperio de la Nada te ha hecho creer a través de escapes de la realidad, que puede ser evadida, y por sólo mirar hacia un lado, deja de existir. Esos son idiotas.


Mis hombres.
Suframos.


Suframos porque cuando los peores tiempos lleguen sabremos cómo reaccionar y qué hacer.
Para que el simple síntoma del dolor no sea lo suficientemente grande para aplastarnos y no nos permita continuar con nuestro destino eterno. Para alcanzar más.
Preparémonos porque la preparación es la anticipación de la guerra, y el atrayente de la victoria, séamos un ejército de un sólo hombre.


¡Somos capaces de eso y más!
Esos hombres que dieron la vida por ti en el pasado, que conquistaron más allá de sus límites, que nunca se imaginaron luchar contra dioses, bestias, demonios. Hombres más grandes que su propia existencia y que siguen resonando a día de hoy.


¿No quieres acaso ser inmortal también? ¡Sé inmortal!, ¡que tu vida valga la pena y tenga un propósito!
Sé quién siempre haz deseado ser, y haz los sacrificios que sean necesarios. Ningún placer actual logrará darte el goce que es despertar y ser una vez más, hombre.
Los hombres nos sentimos incómodos con la comodidad porque reconocemos su capacidad para no hacernos crecer, porque sabemos que la comodidad al igual que el dolor sólo dura un instante y preferimos apegarnos a la realidad, el siempre sufrimiento y esfuerzo por nuestra parte.
¿Pensabas que la naturaleza de la vida era distinta? Pues no.


Aquél que vive, persiste, resiste y sobrevive, aquél que se antepone ante una posición y se vuelve contraposición. Es tu deber como hombre reconocer esto, saber que tarde o temprano llegará alguien más fuerte, feroz, superior a ti y que será capaz de someter a aquellos que amas, y a ti.
Si sufrirás, que sea porque tú decidiste hacerlo, sufrir por cosas nobles y dignas como la disciplina y el régimen interno, y no por arrepentimiento, no por el no poder haber actuado a pesar de haberlo deseado pero ser incapaz por tus carencias.


Vamos a sufrir por decisión propia para dignificar nuestros espíritus.
Que sea el maestro dolor el que nos golpée contra el yunque y nos transforme en espada. Hay que ganarnos un día más de vida. 



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