Homo Feralis vs. Homo Economicus por Velkan Corvinus
Por Velkan Corvinus
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“Es trágico pensar que el
gran destino del hombre heroico es convertirse en hombre económico, que los
hombres se verán reducidos a criaturas cobardes que se arrastran por el mundo
compitiendo por dinero, que pasan la noche soñando nuevas formas de estafar a
los demás. Ese es el camino en el que estamos ahora.
Que fin tan fulminante e
innoble…
La humanidad necesita
entrar en la Edad Oscura por unos cientos de años y pensar en lo que hace…”
-Jack Donovan
Hoy en día, por trading,
por contenido más consumible para los hombres en las redes de estos días; el
término “Macho Alfa”, se a estado usando mucho últimamente. Una connotación que
tiene sus raíces y su origen, popularmente, en los lobos, teniendo al macho
alfa (el lobo líder de la manada), como epíteto de los masculino, del líder,
del mejor; el alfa en las tribus, o sociedades tribales patriarcales de antaño,
como Atila, Genghis Khan, los jerarcas escitas y caudillos vikingos por igual;
que no es malo, el problema, para mí, es que se está utilizando ese término, o
esa connotación, en una línea o camino, que no precisamente está en lo que los
hombres que viven en la Edad de Hierro necesitan.
El mercado del “macho
alfa” está, casi completamente, solamente en la línea de la “seducción”, de
atraer mujeres, de “ligar”, siendo después acompañado por cuestiones de dinero,
empresarismo, y “alto estatus”, que siempre se refiere a tener un alto nivel
adquisitivo.
Como dijo Jack Donovan,
el hombre bárbaro, heroico, fuerte, se está convirtiendo en un burgués, cuyos
mayores logros es su carro, su cuenta en el banco, y las mujeres que tiene.
El problema no son las
mujeres, las mujeres NO SON MALAS, y recalco esta palabra, porque estoy seguro
que muchos tomaran mi postura hacia la mujer con cosas tan erradas como MGTOW o
Incels incluso, no, la mujer no es mala, simplemente el mundo del Kali Yuga la ha
pervertido y la ha contaminado de tal modo, que aquello que vez en la calle o
en las redes, ya no es una mujer; al igual que el hombre, la mujer ya no existe
más. El problema no es el dinero, en nuestra existencia material, en este caso
el dinero, es necesario para solventar las necesidades que nuestra existencia
material requiere para subsistir de manera óptima, por lo tanto, mi crítica no
es anti dinero o anti mujeres realmente, mi crítica es el enfoque y el camino
que termina llevando al hombre en este tipo de pensamiento.
Las “escuelas”, por
llamarlas de algún modo, que hay en las redes sociales, principalmente de
“Macho Alfa”, solamente explotan el mercado (porque el mundo moderno ve todo
problema social o espiritual como negocio) de la pérdida de propósito de los
hombres. Los mentores machos alfas, reconocen el problema social que tienen los
hombres en relacionarse con las mujeres, ya que, el adoctrinamiento social ha
vuelto al hombre en un niño, o, mejor dicho, un consumidor sin testosterona ni
fuerza, ya por muchas generaciones, incapaz de relacionarse con las mujeres (ni
siquiera con otros hombres incluso), eso ahondado al adoctrinamiento que tienen
las mujeres de ver al hombre como un esclavo, no ayuda en nada a un intercambio
social entre ambos géneros. Muchos hombres que entran en el negocio de la
seducción, explotan las inseguridades, o las problemáticas de los hombres
perdidos en el terreno del “amor” (que eso también dejo de existir ya hace
algún tiempo), y se muestran como gurús y salvadores de lo que, para ellos, es
el eje del hombre, sus habilidades sociales con las mujeres.
El Homo Feralis, que
sería un Hombre Feral, es aquel primigenio origen del hombre, su estado natural
primario y de gran poder, esencia salvaje y barbárica; el Homo Economicus, como
Donovan llama, es el hombre moderno, cazando formas de tener más dinero, industrializando
a sus congéneres, viendo formas de estafar, engañar, como bajar el salario
mínimo lo más posible, porque para ellos, entre más dinero más poder, y entre
más dinero, “más hombres alfa son”.
La riqueza, como señalo
en un escrito Paul Waggener, no era vista como mala en la antigüedad barbárica,
lo podemos ver con las epopeyas y los mitos de nuestros ancestros, del
conquistador o héroe que logra su hazaña y obtiene el reino y el oro, ya que la
riqueza significa prestigio y “alto estatus” (como están mamando con esta
palabra hoy en día), el problema es ¿Cuántos de éstos hombres alfa de las redes,
por muy exitosos económicamente, tienen la esencia y el espíritu de Julio
César, Napoleón o Alejandro Magno?, al parecer la riqueza no hace al hombre, y
no necesariamente (en estos tiempos) los hombres alfas hacen la riqueza y son
exitosos[1].
En el Bhagavad-Gita, en
donde Krishna le dice a Arjuna, que el dharma de un Kshatriya es el luchar, sin
importar el resultado (victoria o derrota), si caes, lograras la trascendencia;
si vences, lograrás la gloria y la riqueza en el mundo terrenal. Krishna da
mención de que la riqueza no es algo inherentemente malo, pero en toda la obra
y la espiritualidad en general dejan bien en claro; la riqueza es parte del
mundo mundano, de lo terrenal, de lo intrascendente y del reino de la ilusión;
entonces ¿Qué sería la riqueza?, como lo dijo Krishna, la riqueza es el
cumplimiento del dharma, la lucha en sí, la recompensa solo es una señal de que
lo hiciste bien, pero nunca es el objetivo principal. En el caso del dinero,
solo las putas y prostitutas van tras el dinero, ¿Qué acaso la mayoría de los
seguidores de los gurús económicos, y de ellos mismos en sus inicios, no son así?,
no seas una puta, sé un conquistador, sé un Kshatriya.
Feral, viene del latín feralis,
que significa “faroz, letal, salvaje, fiera”, un hombre feral es alguien que no
está domesticado por la riqueza y los lujos del imperio, que no busca el
estatus económico, sino, el estatus de poder, al igual que un león. Los hombres
ferales usan su fuerza, coraje y fuerza de voluntad para obtener lo que
quieren, no vendiendo cursos de como ser millonario, estafando, o administrando
cuentas y páginas de prostitución digital como el Andrew Tate y su hermano,
AAAALFAS en todo sentido de la palabra, alabados por muchos hombres. Que en ese
sentido me cae mejor El Temach, pero también tengo cosas que decir, no de él propiamente,
si no entorno al otro conflicto masculino que es la Seducción, pero esto lo
tocaremos después.
A diferencia del problema
de la Seducción, en la cuestión económica, siento que el hombre es más consciente
del problema, sabe que la riqueza material no es 100% responsable de ella, sino
que, hay tras fuerzas que impiden que logres un patrimonio, o mínimo, un nivel
de riqueza óptima para ti o tu familia. Bancos, políticos, leyes e impuestos
rapaces, robos nacionales del propio país o de intereses extranjeros, recesiones,
un puto dólar que se mete donde no lo llaman, muchas cosas, y en este sentido,
el hombre feral revolucionario, sabe, que el enemigo no es su “falta de huevos
para generar dinero”, (sin importar el sudor, sangre, horas extras y esclavitud
a una empresa que te desechará como basura), sino el Imperio mismo, y todos aquellos
que perpetúan su existencia para conservar su poder.
Es un duelo de
voluntades, de poderes; unos que se benefician en mantener el poder del Imperio,
porque así mantienen y aumentan su poder, y otros, que sufren y pierden con
esta hegemonía, sin nada más que hacer, QUE SE VAYAN A LA VERGA.
La historia a demostrado
que, para que haya cambios en un poder establecido, se requieren agentes de
caos que impulsen un cambio en la jerarquía de poder dominante. Los piratas de
Nassau, los hombres de Néstor Makhnó, el alzamiento contra la República de
Weimar, los cosacos del este de Europa; todos hombres ferales, fieros,
salvajes, peligrosos, acciones caminando y no simples palabras, no ropa fina y
autos carros; una raza de hombres que pareciera extinta, una especie masculina
que debe volver a resurgir si queremos un futuro después del Kali Yuga: un Homo
Feralis.
[1]
Justamente en las redes, Tik tok específicamente, hay un señor que menciona que
el 98% de los hombres ricos o exitosos que vez día a día (Bill Gates, Zuckerberg,
Elon Musk, etc.) son hombres beta, y no “Alfas”.
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