19 de Noviembre: ¿Día de Orgullo o de Vergüenza? por Velkan Corvinus
Por Velkan Corvinus
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En estos últimos días, se a puesto de moda, por
tiktoker e influencers de la “manósfera”, el reivindicar el Días Internacional
de Hombre (19 de Noviembre), como un forma de acción antisistema,
antifeminista, y anti debilidad; que el hombre se sienta orgulloso de ser
hombre, como las mujeres lo hacen en su día de la mujer, mi pregunta es, ¿debemos
tener orgullo por ese día?
En México (concretamente en la Ciudad de México, hoy,
19 de Noviembre del 2022), un trío de influencers defensores de la masculinidad;
uno de ellos un argentino, coach de habilidades sociales y seducción (ligar
mujeres); otro, un bromista crítico de las relaciones sociales, que ganó fama
en tiktok; y otro, que también es seductor de tiktok, pero rudo; estos tres,
iniciaron un evento, el día de hoy, para visibilizar las problemáticas de ser
hombre, y el estar orgulloso de ser hombre, buscando recobrar la masculinidad
de la sociedad, #SoyHombre, #SoyFuerte, la misma tonalidad del feminismo, pero pintado
con masculinidad bajo mi punto de vista.
Este no será un escrito de crítica hacia ese evento
que está ocurriendo, sino un análisis de pensamiento, de esta corriente masculina
tiktokera-influencer, comparada con lo que, en lo personal, e visto que es de mayor
trascendencia, o más real y necesario, para el hombre de hoy en día.
Ya antes se habían hecho memes, twitts, bromas y
demás, por lo del día del hombre, también suscitando discusiones estilo Agustín
Laje, sobre la problemática de la masculinidad en el mundo moderno; discutiendo,
criticando, debatiendo, argumentando, y luchando, al mismo nivel y con las
mismas tácticas de las feministas, progres, y demás ralea de cristal, o como
sea que los quieran llamar. El problema no son ellos, para mí, no significan
nada, no son de mi tribu, no son de mi gente, no son mi problema, no me
interesa; el punto a dejar bien en claro, para los que siguen nuestra forma de
pensamiento, para los que siguen nuestro tipo de camino, para los hombres
perdidos que se cruzaron con nuestros símbolos y mitos, es establecer, que
nosotros pertenecemos a otro mundo, un mundo que buscamos formar lejos de la
podredumbre del Imperio del Adharma.
Los Hombres Alfa, que son los que lideran y encabezan
a estas masas de hombres de masculinidad tiktokera, no son de los nuestros, no
están en el camino de la masculinidad atávica que buscamos recuperar. Ellos,
simplemente, son una extensión de la problemática del mundo moderno, son
acólitos del Imperio, con la ilusión de creer que están haciendo un cambio,
usando las mismas formas que el Imperio usó para tenernos postrados como
esclavos durante todos estos años. Creando contenidos de empoderamiento alfa,
videos y tiktoks, justificando sus acciones, haciendo podcasts debatiendo con los
contrarios, o “el enemigo” (si es que tienen conciencia de lo que significa
realmente la palabra), y gritando al mundo y las redes, el porqué de su lucha,
sus argumentos de el porqué de su camino, justificando al enemigo el porqué de
su actuar, desde su retorcida perspectiva del “Ellos” y “Nosotros” (que no la
tienen).
El lobo no justifica sus acciones frente al cordero,
el león no razona con la gacela el porqué de su actuar. Los depredadores y la
presas, los fuertes y los débiles, los combatientes y los llorones, no buscan
llegar a un entendimiento natural, puesto que sus esencias son completamente
diferentes.
Nuestro Señor y Maestro, Ungern-Khan, nunca se sentó a
dialogar o razonar con los bolcheviques y enemigos de Mongolia, su lealtad era
hacia con el Dharma. Genghis Khan, no debatió o justifico sus conquistas,
frente a sus vencidos, explicando el porqué él tiene la razón, su lealtad era
hacia con su Khaganato. Rómulo nunca se disculpó o argumento el porqué de sus acciones
para formar Roma, su lealtad y palabras eran solo para Roma y su tribu. Las
explicaciones, debates, disculpas, son sólo para los iguales, para los hermanos
tribales; no vale la pena perder el tiempo con aquellos que no pertenecen a
nuestras costumbres, tradiciones y clanes.
El conquistador no se explica ante el vencido, la
fuerza no se justifica ante la debilidad. La debilidad es lista, reconoce el
poder de la fuerza, y le teme, por eso trata de rebajarla a su nivel, haciendo
que la fuerza juegue con las mismas reglas de la debilidad; porque el alimento
de la debilidad es la fuerza, y el único alimento que debe tener la fuerza, es
más fuerza.
Los hombres reales no crean campañas en redes de #OrgulloHombre,
los hombres antiguos no arman eventos de más de $1,000 por persona, para
escuchar las problemáticas de los hombres y para sentirte especial por tener un
pito entre las piernas; el hombre no pide respeto, comprensión de las mujeres y
la sociedad, los hombres van y lo toman, sin explicaciones, sin debate, sin
justificaciones, LO CONQUISTAN.
Veni, Vidi, Vici
Los hombres no buscan la aceptación de un mundo que
les es hostil, los hombres van y lo someten; queman sus palacios, toman sus
tronos, hacen montañas con los cráneos de los débiles, bosques de empalados con
los cuerpos de sus enemigos, demuestran con acciones, porqué son fuertes. Jamás
he visto a los de Operation Werewolf, hacer marchas por NI UN HOMBRE MENOS;
jamás he visto a los Dire Dogs de Leonardo Albiero celebrando el orgullo de ser
hombre el 19 de noviembre; jamás he visto a los HellsAngels, llorando porque
invisibilizan las problemáticas de los hombres; jamás vi a Juan Pablo Vitali, pedirle
a la sociedad y al sistema que lo vean, que los hombres si importan. A
cualquier hombre, con la cabeza bien puesta, le importa una mierda el mundo
exterior.
Que se queden sus estúpidas marchas, conferencias y su
estúpido día; nosotros tenemos nuestras sociedades, nuestras tribus, nuestras repúblicas
piratas, nuestras tradiciones, nuestras costumbres, nuestros tipos de
pensamiento y nuestros mitos, en donde nosotros decidimos, y no el mundo ajeno
a nosotros.
19 de Noviembre, ¿orgullo o vergüenza?, ninguna de las
dos, ni siquiera existe en nuestros calendarios sagrados, que se queden su
estúpido día, nosotros tenemos los nuestros, y los nuestros importan.
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