Krieganismo: Fanatismo Vir y la Redención Masculina por Velkan Corvinus
Por Velkan Corvinus
Copyright ©
La
Cultura Pop, como se conoce, está infestada de entretenimiento tan variado que
sería casi imposible clasificar la cantidad de material que hay respecto al
tema. Lo que más abunda, y más en estos tiempos, son la cuestión de los superhéroes
como Marvel y DC encabezando la mente popular y más por las películas y series
impulsadas en las redes, televisiones y plataformas de streaming. También está
la cuestión del gaming y los videojuegos que atrapa la mente de los jóvenes, y
no tan jóvenes, dentro de tan contaminado ambiente de niños y adultos cuyo mundo
gira en torno de Marvel, Star Wars, Harry Potter, entre otros.
Hoy
en día el material de la cultura popular está condicionada a oferta y demanda,
a cuestión de qué es lo que quiere el consumidor. A las empresas les interesa
crear productos que sean atrayentes al consumidor del momento, de ahí que la
empresas tomaran a un Batman o a un Superman y lo hagan negro para atraer al
mercado o población afrodescendiente, o crearan una Batman mujer y la hagan lesbiana,
o tomarán a cualquier superhéroe, príncipe de Disney, personaje histórico de
series o lo que sea y lo hagan transexual, asiático, gay, para atraer a los
diversos estratos de la sociedad y tener mas consumidores que beneficie a las compañías
que tienen la autorización de transformar y re-transformar a personajes que ya
tenían una naturaleza fija y cimentada. La razón es simpe, las empresas ven
como tal producto puede ser más vendible, generar más ganancias, sin importar
si tiene una historia o un trasfondo trascendente o que pueda marcar de manera positiva
la psique o la esencia de quien ve, lee, o conoce a dicho personaje, sólo les
importa que tanto se pueda vender.
De
este proceso de marketing es que los personajes de ficción creados para
historias que se supone sean “heroicas” y demás, terminan creando personajes vacíos,
cliché, sin un trasfondo interesante real, y reutilizando esencias ya más que
desgastadas y estúpidas en estos tiempos: el patriotismo y lucha de los derechos
individuales del Capitán América o la ética y valores idiotas de Superman,
siempre lo mismo. Pero a veces de entre tanta mierda pop hay destellos que
realmente se deben rescatar y distribuir para el conocimiento de los demás por
la calidad, trascendencia y simbolismo de estos destellos.
El
Mundo Moderno, el Imperio de la Nada, este ciclo del Yaliyuga, a tenido, tiene
y tendrá muchas características, pero una de sus características u objetivos
más prominentes es la castración del espíritu masculino, o como también podría
llamarse: la Muerte de los Hombres.
El
logro más grande que ha generado el Imperio del asura Kali es la destrucción
del único ente capaz de darle fin y generar cambios reales y radicales: el Hombre.
El hombre desde finales del siglo XX (también se podría decir que desde que el
cristianismo triunfó en Roma) fue el declive del espíritu masculino y la
completa aniquilación sistemática espiritual de los hombres. Los ejemplos son
muchos: el combate en contra de un físico saludable generando gamers y otakus o
gordos o muy flacos con baja testosterona, o también su contrario, hombres
fitness hedonistas que solo buscan tener las mejores chichis para ser el mejor
producto de consumo para marcas o mujeres. La nueva religión masculina, el
Onlyfansismo, con sus diosas e-girls y modelos influencers que generan hombres
necesitados y frustrados de afecto femenino y ganas de fornicar. También están
los “gurús del amor”, que lucran con la debilidad y la estupidez de los antes
mencionados, convirtiéndolos en buenos productos para el consumo femenino,
esclavos de las exigencias tanto de las mujeres como del mercado (pues
recuerden, si quieren ser un hombre alfa del 1% deben estar a la moda y
actualizados conforme al sistema del momento) haciendo hombres cuyo eje en su
existencia sea la satisfacción continua y el deseo de estar lamiendo panochas y
meter el pene en cuantas vaginas sean posibles para sentirse “hombres viriles”,
encadenándose en un placer mundano sin mucha trascendencia real.
La
lista sigue en diversos terrenos, la cuestión del ideal burgués de riqueza prácticamente
inalcanzable a las posibilidades del hombre común mayoritario de la clase
trabajadora (y más si eres del tercer mundo) para ser considerado un “Hombre de
Verdad”; la cuestión de su falta de espiritualidad, creando un culto a cosas
vacías como superhéroes, ídolos de la “ciencia” como Elon Musk; continuo bombardeo
psicológico y emocional de que prácticamente ser o nacer hombre es algo malo,
abominable, aborrecible, y lo mejor que debe hacer es cortarse las bolas, ser
sumiso, manso, y pedir disculpas por su existencia. Esto y más es lo que
generaciones de hombres han recibido como ataque, lento, coordinado, preciso y
efectivo, logrando su objetivo final, la desaparición del hombre.
Aún
con toda esta propaganda, incluso filtrada en la cultura pop de
entretenimiento, hay joyas que invitan a recordar un pasado más deseable. Existe
un mundo ficticio de nombre Warhammer 40,000, que empezó como un juego de mesa
de estrategia, pero ha evolucionado a historietas, videojuegos y demás, que ha traído
u rescatado varios valores, ideales y una visión que pareciera improbable que
sobreviviera a tanto bombardeo de lo políticamente correcto y lo moralmente
deseable para el mundo moderno.
La
historia de ese mundo lo explicaré de forma rápida y simple. Warhammer 40k habla
de un mundo futurista en donde el Imperio de la Humanidad se extiende en miles
de planetas y galaxias y es una lucha o guerra constante con cientos de razas alienígenas
que intentan exterminar a la humanidad[1]. Los planetas son diversos,
y en cada planeta de los humanos hay formas, costumbres, visiones y formas de
pensar diferentes, pero también a muchos tipos de soldados y guerreros con formaciones
diferentes e ideologías militares muy interesantes, en especial los soldados de
un planeta que me hizo recordar muchas cosas que parecen inexistentes hoy en
día: los Death Korps de Krieg.
Los
Death Korps, o Soldados Krieganos, son una cultura militar muy interesante.[2] Lo que los hace especiales
a diferencia de los otros tipos de soldados del Imperio, es su disciplina,
formación y entrega a sus principios.
Los
Krieganos son de los soldados más fanáticos, radicales y sedientos de guerra
que pueda haber. Los krieganos son soldados que no soportan estar en
retaguardia o como reserva, ellos quieren estar en el frente en los peores lugares,
frente a los enemigos más peligrosos e imposibles de vencer. Los Comisarios, dentro
de este mundo, están encargados de infundir temor en las tropas para que
carguen en contra del enemigo y tangan miedo de retirarse. Dentro de los
regimientos de los krieganos, los comisarios tienen que impedir que los
soldados corran fanáticamente a una muerte segura ya que son predilectos en
morir en batalla para alcanzar la redención y su trascendencia.
Desde
que nacen, a través de eugenesia y modificaciones genéticas, son enfilados,
entrenados y adoctrinados para la guerra. Se les enseñan al manejo de todo tipo
de armas, combate cuerpo a cuerpo, comunicaciones, primeros auxilios y lo que
se conoce como el Culto del Sacrificio.
El
Culto del Sacrificio, su máxima, es que tienes que dar la vida por el Imperio y
por el Dios Emperador. El adoctrinamiento del Culto del Sacrificio genera, desde
el nacimiento, un completo desconocimiento del miedo en los krieganos, pues
contra el enemigo, en su corazón, no existe el miedo; existe el deseo de morir
luchando para redimirse, limpiar los pecados de su mundo y lograr trascender.
Este
deseo de redención o expiación viene de la guerra civil del planeta Krieg
cuando una facción de krieganos se revelaron en contra del Imperio y
desconocieron al Dios Emperador generando algo conocido como Herejía, que se castiga
con la muerte. Krieg estuvo bajo una guerra nuclear de 500 años exterminado a los
herejes. Los leales al Imperio, como forma de redención y forma de expiar el
gran pecado de Krieg de ir en contra del Dios Emperador, ofrecieron a su gente
como soldados, los más peligrosos soldados para ir a luchar a favor del Imperio
en los lugares que nadie quiere ir y contra los enemigos con los que nadie
quiere combatir.
Hace
tiempo Krieg le falló al dios emperador y rechazó al imperio. Nosotros seguimos
pagando por nuestra desobediencia. Somos menos que alimañas a los ojos del
emperador, poco más que los traidores al imperio solo por haber vencido.
Serviremos al imperio sin reservas, nada que nos ate, nada nuestro; peleamos
contra aquellos que osen destruir la visión del emperador que tirarían las
obras del hombre. No fallaremos esta vez, no podemos fallar otra vez.
Los
krieganos tienen una filosofía de lucha que me recordó a los Arditi italianos,
ya que los krieganos no se rinden, o luchan y vencen, o todos mueren tratando
de infringir el mayor daño posible al enemigo, pero JAMÁS RETIRARSE; recordando
ese lema arditi: “O la vittoria, o tutti accoppati” (O la Victoria o todos
Muertos).
Los
krieganos tienen un lema que se conoce como la letanía de la muerte:
En
la vida guerra, en la muerte paz; en la vida vergüenza, en la muerte expiación.
Que
hace recordar el carácter fanático guerrero de la trascendencia a través de la
lucha y el combate.
“Vir”,
es la raíz latina de varón, hombre y virilidad, algo que se está destruyendo y
contaminando para su pronta aniquilación en el mundo moderno. Los Krieganos nos
enseñan la lealtad radical y fanática hacia su propia naturaleza, el arrojo
incondicional a su voluntad de acción, y el fanatismo extremo hacia con sus
ideales, su visión y sus creencias que lo ven como su misión de vida, como su
todo en su existir; ellos existen para cumplir la voluntad del Dios Emperador y
restaurar el honor de su pueblo.
El
“Vir” tiene que ser nuestro ideal, nuestro centro espiritual fanático de
fomentar, de proteger y de expandir como el que conquista (o en nuestro caso
reconquista) el mundo que alguna vez fue nuestro. El hombre de Vir, el bárbaro,
el forajido, el anarcopirata, el hombre tribal a las afueras del Imperio de la
Nada esperando a destruirlo debe de ser un hombre Krieganista. Cuando otros
soldados van en campaña y se dan cuenta que con ellos van regimientos de
krieganos, saben que al final de la guerra solo hay dos resultados: o todos
mueren, o el enemigo es completamente destruido, ya que los krieganos nunca se
retiran y nunca hacen pactos con el enemigo. El hombre krieganista debe
fomentar ese espíritu frente a los hombres mansos y perdidos del mundo moderno,
frente a “ellos” que no son “nosotros”; esa esencia que al ver a un fanático de
Vir, a un krieganista, sepan que solo hay dos finales posibles: O vencemos o
morimos todos.
El
fanatismo radical de nuestro espíritu no esta a discusión, no está a debate, la
basura intelectualoide y filosófica liberal de las “mentes buenas y consientes”
no nos interesa y no nos influye. Nuestro fanatismo es el apego a lo que somos,
el deseo desenfrenado de supervivencia, de expansión y de odio aquello que es
contrario a nosotros y quiere exterminarnos. Nuestro fanatismo es un manifiesto,
una declaración de guerra de que no nos retiramos, no dialogamos y no hacemos
tratos con nuestros enemigos.
Nuestra
herejía es haber caído y permitido que el Imperio de Kali haya deformado,
contaminado y destruido al hombre que antaño fue fuerte y glorioso. Al igual
que los krieganos, cuyos ancestros permitieron la deshonra de Krieg para con el
Dios Emperador; el hombre krieganista debe buscar redención y la expiación para
con sus ancestros y para con los dioses.
Podemos
echarles la culpa a los medios de comunicación, a la cultura pop, a las
mujeres, a nuestras familias disfuncionales, papas ausentes y demás; pero en el
fondo sabemos que nosotros, hombres consientes de nuestra cruda realidad del
mundo moderno, somos también culpables de lo que está pasando hacia con
nosotros. Cargamos en nuestro ser la herejía que los hombres de generaciones
pasadas cometieron contra todos nosotros y que ahora nos toca afrontar.
Este
es el pecado que debemos pagar, es la redención que debemos buscar, la
expiación que debemos alcanzar, de ahí nuestro fanatismo radical, pues no hay
medias tintas, no hay tibiezas; el krieganista o busca todo, o no busca nada, o
lucha para recuperar su honor perdido por años de sometimiento y vergüenza permitida,
o cae y muere en la profunda vergüenza y deshonra.
Anteriormente
expuse una frase que reflejaba la misión que tienen los krieganos, que explica
la base de su cosmovisión, forma de vida y su dharma a seguir; yo en lo
personal lo adaptaría de esta forma para con nosotros, un manifiesto para todo
hombre de Vir que sea consciente y entienda estas palabras:
Hace
tiempo, el Hombre le falló al Padre del Cielo y rechazó su naturaleza,
virilidad y al Dharma mismo. Nosotros seguimos pagando por nuestra
desobediencia y la de nuestros predecesores. Somos menos que alimañas a los ojos
de los dioses, poco más que los traidores al Dharma-Vir solo por haber sido consientes
y sobreponernos a los ataques del Imperio. Serviremos al Dharma y al Vir sin
reservas, nada que nos ate, nada nuestro; peleamos contra aquellos que osen
destruir la visión de los dioses y de nuestras tribus. No fallaremos esta vez,
no podemos fallar otra vez. O vencemos todos, o todos morimos.
[1] Para más información investiguen
en Google para entender mejor la historia de este mundo.
[2]SOLDADOS, TOMEN SUS PALAS - Death Korps of Krieg – WPP:https://www.youtube.com/watch?v=pv_Hl_NH6FI&t=1738s
Comentarios
Publicar un comentario