Magni: Debilidad vs. Fuerza por Velkan Corvinus

 


Por Velkan Corvinus

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Aunque lo que suelo hablar, comentar, discutir y analizar es respecto a los problemas que causa el virus (el virus de verdad) que es la modernidad en la mente y espíritu de los hombres, también no debemos olvidar que nuestro ser se compone de tres elementos: espíritu, mente y CUERPO.

 

La modernidad trae consigo algo que, en sus inicios, fue creado para ayudar a la humanidad y ahora lo que está consiguiendo es destruirla en más de un sentido. La tecnología y sus avances han traído logros sorprendentes que han hecho que la humanidad haya avanzado a niveles nunca antes imaginados y haya superado sus límites en más de una vez, pero al parecer, lo que los creadores de esta o los que impulsan este avance acelerado no se han puesto a razonar son los efectos secundarios que esto conlleva. Esos efectos secundarios son más preocupantes de lo que se puede pensar, pues esos efectos pueden hacer que la humanidad empeore su existencia de vida en lugar de mejorarla.

 

El cuerpo humano es una máquina biológica de construcción perfecta, que, aunque se a tratado de igualar a través de tecnologías de inteligencia artificial o robots, no ha podido ser igualada ni superada. El cuerpo humano, como cualquier máquina de metal, necesita mantenimiento para un correcto funcionamiento y una mejora en su rendimiento y salud, pero la modernidad y su hijo, la tecnología, está haciendo que esta máquina se convierta en una basura de carne andante.

 

Pentti Linkola ya lo había dicho en sus críticas a la mecanización de la vida, en donde las máquinas, y tecnologías en general, están ganando terreno y quitándole el lugar a la gente en donde se requería un esfuerzo físico; orillando a las personas a tener una existencia más monótona, sin esfuerzo y sedentaria, en donde el mayor esfuerzo es levantarte del sillón después de estar tres horas sin hacer nada.

 

Linkola da el ejemplo en su natal Finlandia en donde vio la diferencia de los hombres de su generación; fuertes pescadores que usaban su fuerza para enfrentarse a los desafíos del mar, en contra de las generaciones post-mecanización de aspecto gordo, torpe, de cuerpos débiles incapaces de correr un kilómetro sin agotarse completamente.

 

No tenemos que verlo en Finlandia para entenderlo, solo falta salir a la calle para verlo. La mecanización y digitalización del estilo de vida de las personas está haciendo que el cuerpo se oxide y se pudra, puesto que no lo estás usando para lo que fue hecho: MOVILIDAD Y FUERZA.

 

Los medios tampoco ayudan a esta problemática, ya que como también hemos visto, enaltecen la gordura, por poner un ejemplo, como “una forma más de belleza”. O también la flaqueza de niño débil, como un cuerpo más del “que sentirse orgulloso”. Aunque si bien, los medios promueven el ejercicio como una forma de vida saludable, como lo hace Yanet García, las rutinas de Henry Cavill, o incluso la idiota de Bárbara de Regil, hay ciertas cosas que causan una cierta problemática.

 

La globalización (otro estúpido hijo de la modernidad) a captado, y trata de captar, todo aspecto o deseo de la existencia humana para comercializarlo y generar negocio de ello, y el ejercicio o fitness no es la excepción.

 

Por un lado, tenemos ese sector de fitness mercantil como Jeff Seid, Connor Murphy, Zac Aynsley, entre otros, que promueven un ejercicio de prostituto. ¿A que me refiero como prostituto?, sencillo, ellos no hacen ejercicio para ser fuertes o para superar sus límites, para nada, ellos hacen ejercicio para verse bonitos y tener éxito con las chicas. Nuevamente volvemos a ver el pensamiento de puta que hace mención Jack Donovan.

 

El fitness, o el ejercicio físico para ponerlo más general, se a convertido en algo burgués. Los cuerpos no tienen porqué ser fuertes, solamente deben aparentar fuerza y con eso ya está. Deben ser “atractivos y deseados” para la sociedad consumista que los rodean y deben ser el objeto de atención para generar consumistas de los productos mágicos e inservibles que ellos venden y generar dinero.

 

Muchos se van por esa senda creyendo o dando la justificación de que lo hacen para mejorar su salud (lo cual puede ser cierto), pero la verdadera razón es, para mi ver, la más obvia: ser como Jeff Seid, ganar mucho dinero sin esfuerzo con tan solamente posar para fotos como niño bonito, vacaciones y playa todo el día, tener sexo con miles de mujeres y ser la envidia y deseo de mundo masculino. ¿Y el culto a la fuerza dónde está?

 

Aunque no tengo nada en contra de buscar un cuerpo estético, podemos ver un ejemplo en el camino de Yukio Mishima, estoy seguro que los deseos y aspiraciones en la esencia espiritual de las metas de Connor Murphy (y similares) y Mishima son muy diferentes y hasta contradictorios.

 

También tenemos otro extremo que son los “Anti-Ejercicio”. Esa gente que ve esteroides por todos lados y lo toman como una excusa estúpida para no hacer ejercicio ni esfuerzo alguno. Si bien, los esteroides y sustancia afines han dañado la reputación o el nombre del fitness y el ejercicio[1], toman este fenómeno para justificar su debilidad y huevonada[2], porque eso es lo que es, HUEVONADA. La aversión y el rechazo a la disciplina es un factor importante en el odio que tienen los débiles respecto al ejercicio, ya que el ejercicio es disciplina pura enfocada al cuerpo, al igual que el budismo, paganismo o hinduismo lo es del espíritu, no hay diferencia alguna: El Ejercicio es la Religión del Cuerpo.

 

“Ese cuerpo usa chocho no es natural”, “el fitness es una estafa”, “el cuerpo de Chris Evans no es natural así que para que esforzarse si nunca llegaré a ser como él”, bla bla bla, pura mierda. Si bien, el esteroide (que hay un chingo de sustancias pero no sé porque se fanatizan con esta) y químicos afines son una gran ayuda y potenciador para ganar resistencia, fuerza y músculo, no sirven de nada SI NO TE MUEVES.

 

Yo no soy muy conocedor del culturismo y ese tipo de disciplinas en que suelen usar este tipo de sustancias, pero estoy seguro que aún con esteroides TIENES QUE MOVERTE Y SUDAR. Este tipo de gente cree que para hacer ejercicio tienes que pincharte y usar sustancias para poder hacerlo, pero creo que ya sabemos la respuesta a esta creencia pendeja.

 

El ejercicio, ya sea desde correr maratones hasta ser un strongman como Hafthor Bjornsson, es una forma o una disciplina (que engloba muchas disciplinas) de FORTALECIMIENTO DEL CUERPO. Si bien, el culturismo entra en esta categoría, no todo el ejercicio es culturismo. Hay cientos de ejercicios que puedes practicar, unos te pueden ayudar en una cosa, otros en otra, pero al final todos van a lo mismo, fortalecer el cuerpo.

 

En este Kali Yuga, el ejercicio físico ya no solo es un deporte o un “esparcimiento” solamente, el ejercicio es una DECLARACIÓN DE GUERRA.

 

El ejercicio es un chinga tu madre a la modernidad y la mecanización de la vida que quiere postrarte y volverte un gordo grasoso o un débil enclenque sentado en una oficina contestando llamadas o estando frente a la televisión todo el día.

 

El ejercicio es un manifiesto que declara al mundo que no estás dispuesto a aceptar la debilidad como una virtud normal, hermosa o incluso glorificada. Es un manifiesto que declara que aún tus músculos están listos para luchar, que estas listo para estar en movimiento, que estás listo para sudar y sentir ese dolor que te avisa que lo estás haciendo bien, que estas listo para que tu cuerpo doblegue el mundo.

 

Hay una historia de un hombre llamado John Henry, un afroamericano que trabajaba en Estados Unidos construyendo vías del tren. Un día los jefes trajeron una máquina que construiría los caminos del tren mucho más rápido, dejando sin trabajo a los obreros de las vías. John reto a los jefes a una competencia en contra de la máquina. Si la máquina ganaba, él y los demás se irían y renunciarían al trabajo, pero si John ganaba, los constructores mantendrían su trabajo. Al final John ganaría, pero a un alto precio, pues al terminar y vencer a la máquina caería muerto, pero al final se respetó su victoria y los obreros mantuvieron sus trabajos.

 

Ésta es la verdadera lucha de los hombres contra las máquinas, del músculo contra el mundo moderno, y creo que esta historia nos deja un mensaje claro:

 

¡Levanta tu puto trasero del sillón y conquista tu mundo! La Debilidad es una enfermedad y la Fuerza la única cura.



[1] Aunque la culpa es más de la mercadotecnia, la industria y las empresas por su deseo de hacer negocio y aumentar su dinero al poner cuerpos que han usado química como si fueran naturales y dando (más bien vendiendo) la esperanza de que se puede llegar a ser un Arnold Schwarzenegger de forma natural con consumir solamente proteína en polvo de tal o cual marca.

[2] Expresión usada en México para decir flojera, pereza, etc.


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