Por una Violencia con Ética, no una Ética sin Violencia por Antares



Por Antares
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Un hombre sentado dentro de una patrulla con una venda en la cabeza y sangre en su torso narrando con voz entrecortada como y por qué asesinó a su pareja es la imagen de la semana. El sádico asesinato de ésta mujer ha sido la tendencia en todos los medios y por su puesto la prensa ha aprovechado dicha situación para sacar algo de dinero, como suele pasar.  El hecho en sí es indignante, no obstante, el motivo del artículo no es lo que le sucedió a la chica en sí, con el respeto que merece su memoria. Ya los medios de comunicación se encargarán de hablar de éste caso y sacarle “todo el jugo” posible.

    No, el motivo del artículo se enfoca a las reacciones que hubo a raíz de éste hecho. Como ya es tendencia, cada vez que hay un “feminicidio” (lo escribo entrecomillado ya que en lo particular el término es muy ambiguo) surge toda una ola de odio, si, no es miedo, es odio hacia todos los hombres; por ejemplo, llegué a leer algunos comentarios de mujeres que básicamente argumentaban que nosotros por el simple hecho de ser hombres somos “monstruos” en potencia y que descuartizar y desollar mujeres es como un pasatiempo para nosotros. Otras, hablaban de crear espacios exclusivos para mujeres, como vagones solo para mujeres (los cuales ya existen, pero que según estudios de la UAM no han funcionado pues entre las mismas mujeres hay acoso y son más intolerantes entre sí)[1] porque los hombres “olemos a caca y somos unos cerdos”.

     Así mismo, lo que hizo éste degenerado que asesinó a su pareja es la excusa perfecta para que, principalmente mujeres, promuevan lo que se ha denominado la “deconstrucción” del hombre, de la masculinidad; en otros casos esto mismo se la ha llamado “masculinidad positiva”. Lo anterior, aunque éste disfrazado de tecnicismo sociológicos más que positivo es realmente negativo para la masculinidad. La excusa de esto es que los “feminicidios” suceden porque el hombre, se comporta como hombre: un ser violento. Así que “deconstruir” es hacer que el hombre deje de ser violento. Se ataca el uso de armas, el gusto por las cuestiones bélicas y los “juegos bruscos”.

     En otras palabras el propósito de la “deconstrucción” es castrar al hombre. En un mundo de violencia, sadismo, delincuencia pensar que la solución a esto es desarmar aún más (pues ni siquiera tus puños los puedes usar) a la población en general es de lo más estúpido. El hombre es violento, es agresivo por naturaleza, pero ¿ésto es malo? No, es biología, es natural, sin embargo, a diferencia de otras especies, el macho de nuestra especie está guiado por la razón, es decir, el problema no radica en el ser violento, radica en como se canaliza esa violencia.
     Actualmente quienes ostentan la violencia son el Estado y el narcotráfico. El segundo cimenta su violencia en ningún valor, más que el dinero. Su ética y moral consiste en conseguir el mayor número de bienes materiales los cuales están por encima de la dignidad de todo ser humano, incluso de la misma dignidad del narcotraficante, es así que, al carecer de una ética de la violencia, las atrocidades son cotidianas.

     Por otra parte, el llamado “macho” es también un hombre sin una mística de la violencia. Es un ser que se guía totalmente por sus instintos aunado a su típica adicción al alcohol o drogas. Entonces, el problema no es la violencia, es como se usa esa violencia.  El Estado nos quiere desarmados, por eso el miedo a legalizar el portar armas para defensa personal; para él también es muy conveniente promover éstos seminarios sobre “deconstrucción” pues el propósito es tener a su total merced a la población.

       Con base a su etimología, la palabra violencia significa “fuerza en abundancia”. Su significado no tiene nada que ver con ser hombre o mujer. La “fuerza en abundancia” todos la necesitamos es vital para nuestra supervivencia. La violencia es la regla en la naturaleza, es el motor que hace colapsar y erigir civilizaciones, la guerra es su emisario nos guste o no. 

       La violencia nos permite proteger a nuestra tribu, a nuestra familia, nuestra propiedad, nuestra dignidad, con besos y abrazos no vas a permitir que un ladrón robe tus pertenencias o le haga daño a tu familia, necesitas usar la violencia. Con marchas y cantos ridículos una mujer se defenderá de un degenerado, también ella requiere el uso de la violencia, pero insisto, antes de ejercerla debe haber una ética y una mística de la misma que nos permita identificar cuando, como, dónde y contra quien ejercer todo el peso de nuestra fuerza.

      En resumen, el hombre debe canalizar su violencia para protegerse a sí mismo y a los de su tribu, y usarla siempre con ética, y aquellos que la usan para atentar a la dignidad humana como el sujeto que mencioné al inicio, solo se les puede hacer frente de una forma: usando la violencia. Ahora que si las mujeres desean que el hombre sea totalmente “deconstruido”, solo recuerden que no tarda en llegar aquí el verdadero “machismo” de los árabes y africanos, a Europa ya llegó, y un hombre con una “masculinidad positiva” podrá hacer todo lo que tú le digas. pero quizá tú junto con él sientan todo el rigor del machismo de medio oriente.


[1] https://heraldodemexico.com.mx/cdmx/metro-cdmx-violencia-en-vagones-de-mujeres-por-que-son-mas-inseguros-investigacion-uam/

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